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Es posible que muchas veces, al recibir tu factura eléctrica, hayas visto un conjunto de datos que no terminas de entender y hayas optado por pagarla sin saber con certeza si todas las cifras son correctas o el porqué de ellas.
Tranquilo, no estás sólo: una de cuatro personas desconoce la tarifa que tiene y, de ellos, más de la mitad no la comprenden. Desde Hostelería Madrid queremos ayudarte a desgranar tu factura eléctrica: vamos a explicarte los conceptos básicos, por qué pagas esa cantidad cada mes y cómo puedes reducirla.
Para empezar, una de las cosas más importantes que debemos tener en cuenta para analizar la factura eléctrica, son los componentes de mercado. En especial hay dos que habría que diferenciar: las distribuidoras, que son las que reparten la energía eléctrica y se encargan de la construcción y mantenimiento de las instalaciones; y las comercializadoras, que son las encargadas de vender la energía a los consumidores.
La comercializadora compra la energía a la distribuidora cada poco tiempo, en función del consumo que estima que sus clientes van a hacer. Esta operación debe ser lo más exacta posible, ya que la comercializadora es penalizada tanto si compra energía de menos (y no puede abastecer a todos sus clientes) o de más (por el despilfarro de energía que se produce).
Estas penalizaciones son más comunes de lo que podría parecer, por lo que las comercializadoras, para no perder dinero, las incluyen en el precio final que le facturan a los clientes: de ahí las variaciones de precio que puede haber entre la factura de un período y otro. En agosto, por ejemplo, como muchos establecimientos de hostelería cierran, suele subir el precio de la factura porque los desvíos son más grandes.
Según estudios recientes, casi la totalidad de la población (97%) piensa que la factura es desproporcionada y tres de cuatro personas modificó su conducta de consumo en el último año.
Llegados a este punto, convendría explicar la diferencia existente entre energía y potencia:
La potencia, medida en kilowatios (kW), es la fuerza, el caudal, la posibilidad de tener varios aparatos encendidos a la vez.
La energía consumida, medida en kilowatios hora (kW/h), es la potencia de todos los aparatos que estén encendidos por el número de horas de funcionamiento.
Desde 2001, la norma recogida en el Real Decreto es que el control se realice por maxímetro. La potencia a facturar se rige por una norma con tres vertientes:
- -Si la potencia máxima demandada es inferior al 85% de la potencia contratada, se cobrará el 85% de la citada potencia contratada.
- -Si la potencia máxima demandada se encuentra entre 85% y 105% de la potencia contratada, se obrará la potencia máxima demandada.
- -Si la potencia máxima demandada es superior al 105% de la potencia contratada, se cobrará el 105% más el doble de los excesos.
Muchas de las comercializadoras nunca cobran por debajo de la potencia contratada.
Puede ocurrir que, sobre todo en locales más antiguos del centro de Madrid, tengan contratada una determinada potencia y su instalación eléctrica no esté preparada para ella. El resultado es que no se está consumiendo toda la potencia contratada, se está pagando de más y por lo tanto no es eficiente.
La falta de eficiencia energética puede acarrear un problema, no sólo a nivel económico, sino a nivel administrativo, ya que se espera que desde la administración pública se aumente el número de inspecciones en este aspecto en los próximos años.
Para ello, es necesario que un especialista revise su instalación y su factura, le indique cómo puede aumentar su eficiencia y, por lo tanto, disminuya su gasto mensual en electricidad con un ahorro medio del 16% en su factura de la luz.
Si deseas recibir un estudio personalizado totalmente gratuito, tan sólo debes mandar tu última factura de la luz a: energia@hosteleriamadrid.com