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- La energía representa entre el 6 y el 8% de los costes de un negocio hostelero, por lo que una subida de un tercio puede provocar un aumento de entre el 1 y 2% de los gastos fijos.
- El incremento de precios de materias primas como el aceite, ya se situaba en febrero en un 30% por el IPC y este mes ha aumentado por el contexto de guerra en Ucrania.
HOSTELERÍA DE ESPAÑA muestra su preocupación ante la situación que atraviesa el sector motivado por la actual coyuntura sociopolítica, en especial por la guerra en Ucrania y la huelga de transportes, y por el aumento generalizado de los costes, que además no parece tener un horizonte cercano de finalización de la tendencia alcista.
El sector está sufriendo de manera directa en su cuenta de resultados la subida de precios energéticos y de materias primas, y amenaza con debilitar la viabilidad de los negocios hosteleros. El IPC y su incremento, ahora agravado por el conflicto de Ucrania y por la huelga en el transporte, ha llegado a situarse el pasado mes de febrero en un crecimiento del 7,6%, posicionando a España por encima de muchos países europeos, como Francia (4,1%) Portugal (4,4%) Alemania (5,5%) o Italia (6,2%) con la consecuente pérdida de competitividad frente a los mismos.
El actual paro en los transportes agrava la preocupación del sector, que empieza a notar los efectos, especialmente en la escasez de productos frescos. Desde la hostelería se insta a un desbloqueo de los centros logísticos donde debería haber unos servicios mínimos que garanticen que no se produzca la rotura de la cadena de suministros.
Este hecho se suma a que determinadas materias primas, imprescindibles para el sector, como los aceites, ya vivían en el mes de febrero un incremento de precios del 30%, que hoy será mucho mayor también por el contexto de la guerra, que incluso ha provocado la búsqueda de aceites comestibles alternativos ante la escasez de aceite de girasol. El efecto en cadena de escalada de precios afecta a otros productos claves en la hostelería, como los zumos (un 7,5% de crecimiento en febrero), el café (un 8,2% de crecimiento en febrero), ente otros.
Esta subida de precios de materias primas supone una estimación, por ejemplo, en las cafeterías un 25% de incremento en los gastos y, en los restaurantes de lujo, podría alcanzar el 50%.
Escalada sin precedentes en el precio de la energía.
La situación que se vive con la subida del precio de la energía es insostenible para el sector, ya que, además, afecta al aumento del precio de otros productos, y repercute en toda la cadena de producción y distribución, desde las cámaras frigoríficas que conservan los alimentos, a la maquinaria para procesarla hasta la gasolina del vehículo que los transporta. La electricidad es un gasto básico que no se puede eliminar, del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, así, como la calefacción/aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción. Además, hay que tener en cuenta que los hosteleros se ven obligados a pagar la tarifa más alta en las horas de mayor producción ya que no tienen la opción de mover los consumos en tramos horarios más baratas, como por la noche.
El coste medio de la electricidad en un local de restauración puede situarse en franjas de entre 300 y 1.000 euros, y han sufrido una subida del recibo que podría situarse entre un 20%-40%. La energía representa entre el 6 y el 8% de los costes de un negocio hostelero, por lo que una subida de un tercio puede provocar un aumento de entre el 1 y 2% de los gastos fijos en las empresas del sector. Según datos del mes de febrero, la subida del precio de la electricidad fue de un 80,5%, que este mes de marzo se habrá incrementado debido a la situación de guerra en Ucrania y lo que está ocurriendo con este mercado a nivel internacional.
Tras dos años de pandemia, con la grave crisis que ha ocasionado en las empresas, éstas no tienen pulmón para poder asumir constantes incrementos en sus estrechos márgenes. Esta escalada constante de precios supone un importante lastre para la recuperación y Hostelería de España demanda una necesaria reducción de costes, concentrados especialmente en los costes energéticos, para que las empresas del sector puedan mejorar su competitividad.
Este contexto también afecta de manera directa al bolsillo de los clientes, que ven mermada su renta media al tiempo que se produce una tendencia al ahorro por la situación de incertidumbre, lo que supone una reducción del gasto en hostelería. Por eso es necesario que se refuerce el mercado interior con medidas que eviten que las familias pierdan poder adquisitivo e incluso incentivar bonos al consumo.
Otras demandas que desde Hostelería de España se vienen reclamando sigue siendo la ampliación por un año del período de carencia de los créditos ICO y la recuperación de la parte de los Fondos Europeos de ayudas a las empresas turísticas devueltos por las CCAA.